Familia Vida y Libertad

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El matrimonio hebreo primero se formaliza en un contrato entre el esposo y la esposa, la ketubá, en el que se indica cómo ha de ser ese matrimonio. Desde ese momento están comprometidos para su matrimonio y ese vínculo sólo se puede deshacer por el divorcio, aunque aún no se haya celebrado la boda y por lo tanto no haya sido consumado el matrimonio.

Yahvé 50 días después de haber separado las aguas del mar Rojo para liberar a Israel de la esclavitud de Egipto entregó a Moisés  la Torá en el monte Sinaí. La Torá es la ketubá del matrimonio entre Dios e Israel. La Torá es el contrato matrimonial entre el Esposo y la esposa Israel.

Israel nunca pudo ser fiel por sus propias fuerzas a la Torá escrita sobre tablas de piedra. Más Dios es el siempre fiel.

Dios nunca ha cambiado de esposa, no se ha divorciado nunca de ella, no se ha divorciado nunca de ti. Nunca se divorciará de ti. Como tampoco se ha divorciado nunca de Israel. Como tampoco se divorciará jamás de su Esposa la Iglesia.

Dios se enamoró de su criatura desde el primer momento de la creación. Desde el Principio Dios amó al hombre, hombre y mujer lo amó, hombre y mujer lo creó. Tras la caída nunca lo abandonó.