Feb
22
EL ABANDONO Y EL BECERRO DE ORO
Los humanos queremos tener a Dios siempre a nuestro lado, a nuestra disposición, como si fuera el genio de la lámpara de Aladino. Y no soportamos, en nuestra soberbia, la ausencia de Dios, no sentir nada, no poder controlarle, no ser nosotros dios… Pero Él es el Señor. El Pueblo de Israel no soportó la ausencia de 40 días de Moisés, el no recibir una palabra de Yahvé durante 40 días y 40 noches, y se construyó un becerro de oro, un ídolo a quien poder rezar para no estar sin dios.
Dios a veces se esconde, y la soberbia del hombre no lo puede soportar, porque quiere instrumentalizar a Dios. La soberbia del hombre no soporta que Dios se esconda, que sea Él el Señor. Sólo el humilde acepta a Dios como Señor, acepta la libertad de Dios.
Dios a veces se esconde, y la soberbia del hombre no lo puede soportar, porque quiere instrumentalizar a Dios. La soberbia del hombre no soporta que Dios se esconda, que sea Él el Señor. Sólo el humilde acepta a Dios como Señor, acepta la libertad de Dios.