Mar
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EL MILAGRO DE LA HUMILDAD
Hay más santidad en la humildad y en la obediencia, que en todos los milagros juntos, por muy maravillosos y extraordinarios que sean.
El mayor milagro del Padre Pío no fueron sus llagas y estigmas, su trato familiar con el Ángel de la Guarda, las apariciones de las almas del purgatorio, su perfume misterioso, la bilocación, la penetración de las conciencias o el don de profecía, sino la humildad y obediencia probada durante los 9 años en que fue perseguido y difamado, y sobre todo en los dos años en que se le prohibió confesar y celebrar misa en público: no salió una sola mala palabra o queja de su boca.
El mayor milagro del Padre Pío no fueron sus llagas y estigmas, su trato familiar con el Ángel de la Guarda, las apariciones de las almas del purgatorio, su perfume misterioso, la bilocación, la penetración de las conciencias o el don de profecía, sino la humildad y obediencia probada durante los 9 años en que fue perseguido y difamado, y sobre todo en los dos años en que se le prohibió confesar y celebrar misa en público: no salió una sola mala palabra o queja de su boca.