Familia Vida y Libertad

El Enemigo dijo a los que estaban a su izquierda: id y destruir la fe sobre la tierra, incendiad las iglesias, arrasad los monasterios, violentad, matad, destruid, asesinad sin compasión,  odiad la cruz de Cristo. Y así empezaron los siglos de Terror sobre la tierra. Y millones de hombres, mujeres y niños fueron sacrificados en el altar de la Revolución.

El Enemigo dijo a los que estaban a su derecha: adorad la riqueza y el dinero, odiad la humildad y la pobreza, servid al dinero y olvidad a Dios. Y millones de hombres, mujeres y niños fueron sacrificados en el altar del Dinero.

Reflexiones a la luz de la Encíclica Laudato Si, del Papa Francisco:

¿Tenemos derecho a sustituir la naturaleza de la creación por un mundo artificial? ¿Tenemos derecho a sustituir los sexos naturales, “hombre y mujer los creó” (Génesis), por  los géneros artificiales? ¿No estaremos intentando sustituir la naturaleza de los sexos por el monstruo artificial de los géneros? ¿Acaso se puede dañar la ecología humana, se puede destruir la familia, sin dañar la naturaleza? “Contra la llamada cultura

Reflexiones a la luz de la Encíclica Laudato Si, del Papa Francisco:

“Estamos llamados a ser los instrumentos del Padre Dios para que nuestro planeta sea lo que él soñó al crearlo y responda a su proyecto de paz, belleza y plenitud” LS 53. “La degradación ambiental y la degradación humana y ética están íntimamente unidas” LS 56. La Tierra es de Dios, y rota la comunión con Dios, se rompe la comunión con el prójimo y con la creación.

El Papa Francisco defiende la vida sobre la Tierra en la Encíclica Laudato Si, a la misma luz que el Papa Pablo VI defiende la vida humana en la Encícilica Humanae Vitae.

“La destrucción del ambiente humano es algo muy serio, porque Dios no sólo le encomendó el mundo al ser humano, sino que su propia vida es un don que debe ser protegido de diversas formas de degradación” (Francisco, LS 5).

Un joven sufría inmensamente porque quería ser pájaro, ser pez, pero no hombre.

Si un pájaro quiere ser pez, vivirá amargado toda su vida intentando volar bajo el agua hasta ahogarse. Así el hombre que no acepta su vocación. El ave es libre cuando vuela, y el hombre es libre cuando ama.

El trabajo del Enemigo consiste en amargarnos, quitarnos la esperanza, condenarnos; que no aceptemos la historia. Dios nos ama como somos. Pero nuestro orgullo no.

El Joven- ¿Cómo caminar si tropiezo a cada paso?

El Ángel- No importa que caigas siete veces cada instante, si otras tantas te levantas caminando.

El Enemigo- Abandona, no eres digno, eres un desastre, abandona…

El Ángel- Ánimo, levántate. Llegas más lejos cojeando dentro del camino que corriendo fuera de él.

El Joven- ¿Cómo caminar si llevo tanto peso sobre mis espaldas?

El Ángel- Tíralo. Vende todo lo que tienes, dáselo a los pobres, y sígueme.