Familia Vida y Libertad

Aquel joven llevaba años encerrado en sí mismo, como un recluso dentro de su casa, sin salir de su habitación; sólo abría un resquicio de la puerta para recibir el alimento cada día. Una noche se produjo un incendio dentro de la casa. El joven asustado salió corriendo a la calle, abrió la puerta y bajo el sol de una mañana luminosa, encontró a Dios todopoderoso, creador del cielo y de la tierra, que con los brazos abiertos, llevaba esperándole toda la vida sentado a la puerta de su casa.

Dios Todopoderoso, creador del cielo y de la tierra, creador del  Universo, aguardaba pacientemente a la puerta de su casa. En silencio, esperando su respuesta. No se cansó nunca de esperar. El joven se cansó muchas veces de sí mismo, y se desesperó muchas más. Dios estuvo siempre esperando.

El joven-No tengo fe

El ángel-Nadie posee la fe. La fe es un don de Dios, que da a quien quiere, cuando quiere.

J-¿He de pedir la fe?

A-Sí. No hay mayor tesoro que el don de la fe. Un sólo grano de fe vale más que la vida y todas las riquezas de este mundo.

J-¿Cómo sabré si tengo fe?

A- Cuando no pierdas la esperanza en el sufrimiento, ni en la noche oscura de la cruz.