Mar
23
LA SOMBRA DE LA TRISTEZA
Si estás triste es que algo se interpone entre tú y Dios, decía San José María Escrivá. Cuando nos entristecemos se nos ensombrece el rostro y la mirada. Como si algo se interpusiera entre nosotros y la Luz. El joven rico se fue triste porque sus riquezas se interponían entre él y Jesús.
Alégrate le dijo el Ángel a María, porque nada se interponía entre Dios y su corazón, y estaba dispuesta a decir “hágase”.
El pecado de acedia es sentir tristeza, desidía o rechazo ante la alegría del Evangelio. La perfecta alegría de San Francisco es no vivir ya para uno mismo, sino vivir con Cristo y para Cristo.
Para gloria de Dios y alegría de mis hermanos los hombres, así firmaban Bach sus cantatas y Wittgenstein sus obras.
Alégrate le dijo el Ángel a María, porque nada se interponía entre Dios y su corazón, y estaba dispuesta a decir “hágase”.
El pecado de acedia es sentir tristeza, desidía o rechazo ante la alegría del Evangelio. La perfecta alegría de San Francisco es no vivir ya para uno mismo, sino vivir con Cristo y para Cristo.
Para gloria de Dios y alegría de mis hermanos los hombres, así firmaban Bach sus cantatas y Wittgenstein sus obras.