May
16
CUANDO CRISTO ES PERSEGUIDO EN NOSOTROS
Dice San Agustín que “la pasión de Cristo no se limita únicamente a Cristo”, la Cabeza, sino que continua en su Cuerpo, la Iglesia, porque “uno y otros estamos unidos en una sola carne, una sola voz, unos mismos sufrimientos”; y recuerda las palabras de San Pablo: “completo en mi carne lo que falta a la pasión de Cristo. Cuando somos perseguidos, es Cristo el que es perseguido. Cuando sufrimos por ser miembros del cuerpo de Cristo, añadimos “algo que faltaba a los sufrimientos de Cristo… que padeció como cabeza nuestra y sufre en sus miembros, es decir, en nosotros mismos”.
Cristo y la Iglesia, su Esposa, son una sola carne: la amada en el amado transformada, dice San Juan de la Cruz. Cuando la Esposa es perseguida es perseguido el Esposo, porque es perseguida por ser la Amada del Amado.
Cristo y la Iglesia, su Esposa, son una sola carne: la amada en el amado transformada, dice San Juan de la Cruz. Cuando la Esposa es perseguida es perseguido el Esposo, porque es perseguida por ser la Amada del Amado.