Familia Vida y Libertad

¿Cuál es la naturaleza íntima del ser humano? 

La naturaleza íntima de todo hombre y de toda mujer es la unión con Dios. Una unión tan íntima que Jesucristo pueda decir a la Madre Teresa de Calcuta “acércame a los pobres, llévame a ellos”, Teresa va, y con ella va Jesucristo. Tan íntima que pueda decir Santa Teresa de Ávila “vivo sin vivir en mí”, porque experimenta que quien vive en ella es Jesucristo. Como lo experimentó San Pablo: “Ya no vivo yo, es Cristo quien vive en mí” (Ga 2,20).

Nuestra vida en este mundo es un caminar hacía nuestra verdadera naturaleza, que Jesucristo nos da gratuitamente en la Iglesia. Así podemos cantar en la Eucaristía: nos transformas día a día en la imagen de tu Hijo.

¿Cuál es la naturaleza íntima de la iglesia? Nos lo dice Benedicto 16 “La naturaleza íntima de la Iglesia se expresa en una triple tarea: anuncio de la Palabra de Dios (kerigma-martirio), celebración de los Sacramentos (liturgia) y servicio de la caridad (diaconía). Son tareas que se implican mutuamente y no pueden separarse una de otra” (Deus Caritas est).

El Trípode: Palabra, Liturgia y Comunidad. 

"La fe viene por el oído" (Kiko Argüello).

¿Cuál es la naturaleza íntima de Dios? “A Dios nadie lo ha visto jamás” (Jn 1,18). Más la naturaleza íntima de Dios nos ha sido revelada en Jesucristo: imagen de Dios invisible (Col 1, 15), impronta de su sustancia (Hb 1, 3): el amor al enemigo hasta el extremo de morir por él en la cruz. Este es el misterio que sustenta el Universo.

Al pensamiento ilustrado oficial de occidente le repugna la presencia de Dios en la historia de la humanidad y en la vida personal de cada uno de nosotros; de ahí su rechazo a la Encarnación. Algunos pueden llegar, con reticencias a aceptar la existencia de un Ser Superior, para inmediatamente alejarlo de la realidad, expulsarlo de la historia, y prohibirle cualquier tipo de acción a favor de la humanidad; y si le prohiben actuar, también le prohiben existir.

¿Cómo hablar de Dios al hombre de hoy? ¿Cómo hablar de Dios en nuestro tiempo? ¿Cómo anunciar el Evangelio en medio de este mundo que ha vomitado la fe?

Benedicto 16 nos propone tres respuestas:

1) Escuchar: “Él ha hablado con nosotros… Dios se interesa por nosotros, nos ama, ha entrado personalmente en la realidad de nuestra historia, se ha auto-comunicado hasta encarnarse”

2) Humildad: “El método de Dios es el de la humildad… Pablo no habla de una filosofía que él ha desarrollado… habla del

El Dios Todopoderoso creador del Universo se ha hecho hombre, el infinito se ha hecho niño, y sin embargo, como nos dice Benedicto 16 "este mismo Dios no puede entrar en mi corazón si yo no le abro la puerta. ¡Porta fidei! La puerta de la fe." He aquí el gran misterio de la historia: la libertad. Yo, un ser pequeño e insignificante puedo cerrar la puerta de mi corazón al Señor del Universo que me ama desde la creación del mundo.

Tres hombres de corazón inquieto se pusieron en camino. Tres hombres que buscaban la verdad, y que la amaban más que la seguridad de vivir instalados en su mundo conocido.  Tres hombres que no se instalaron en una vida chata y mediocre, y que aspiraraban a una realidad más grande.

Tres hombres sabios y cultos, que no se conformaban sólo con saber, que no se conformaban con la ilusión de la teoría, y que buscaban la realidad del encuentro con la verdad.